Mi opinión sobre la igualdad….

Soy una persona poco adepta a la política, más me inspira el escuchar tan reiteradas veces la palabra igualdad, no sé si es un impulso real de la clase política por igualar los derechos de una clase trabajadora que se sienta día a día a cumplir una labor que le parece sin sentido, o una metáfora que comienza a hacerse realidad simplemente en la sensación cognitiva de la mente común.
Yo miro alrededor y veo las diferencias, veo el arte y sus desequilibrios, miro, Picasso, Munnings, Van Gogh con su bendita depresión y ese amor enfermizo... Que sería de la vida sin la diferencia de, García Lorca, Neruda, Ghandi, Mandela, Channel, Violeta Parra que entre prosa y verso rompió el prototipo y tantos otros no, tantos distintos…

Entiendo con claridad y honor que dentro de mí hay un desigual, un espíritu único que se revela ante la igualdad.
 Infructuoso esfuerzo el de igualarnos, pues si todos viniésemos a vivir el mismo proceso este planeta, no tendría la necesidad de ser un planeta de libre albedrío y seguramente nos ahorraríamos años de evolución espiritual perdidos a raíz de una raza inconsciente.
Cuando miro a mis dos hijos, los veo tan distintos, son genéticamente similares seguramente, pero en este contínuum que es la reencarnación, les ha tocado vivir en una misma familia, mismos padres,  casa, mascotas, país, nación, planeta, universo, tienen mucho en común y aun así son increíblemente distintos. Como Madre me decepciona la posibilidad de tener igualdad con ellos, les gustan cosas diferentes, el mayor quiere estudiar guitarra, el menor jugar a la pelota, que sería de ellos, de sus dones, de sus proezas si tuvieran solo igualdad de oportunidades, seguramente ni futbol ni guitarra, simplemente aprestos de pre básica. Esto me hace pensar que tampoco para ellos quiero igualdad.
Me encanta la diversidad, me encanta la primavera con sus flores diferentes, ninguna igual a otra, me impresiona el saber que el árbol que se corta es  único, podrán haber más pinos o aromos, sin embargo no serán nunca iguales, ni las mismas ramas, ni las mismas raíces, así es el mundo, la vida, el entorno, nuestra maravillosa naturaleza creada de impresionante y simple desigualdad.
La desigualdad es un sutil desequilibrio que nos lleva  a la armonía de los unos con los otros, todos viviendo en sincronía pero diferentes, yo considero que lo que les debería incomodar a la gente es la ignorancia y los límites que ellos mismos se ponen sobre sí mismos. Consideremos que todo comienza a gestarse en la mente humana, es la matriz de muchos proyectos, creencias, ideas, etc.
Al ver la evolución me doy cuenta que puede ser un milimétrico detalle, el que en años de consecuencias nos convirtió en lo que somos, y que un milimétrico detalle de lo que hoy hagamos puede ser la diferencia en la evolución humana para los próximos años, entonces porque hacer el esfuerzo de la igualdad, porque pensar igual, hacer igual, porque usar uniformes y esforzarse por tener lo mismo que el otro, no responderá simplemente a una falta de tolerancia total, la falta de  evolución de materias tan simples como la paciencia, la tolerancia y el amor, parte de la propia humanidad. No es más fácil decretar la igualdad que potenciar la diversidad.
Realmente si hubiese una carrera para mi es la que se hizo a través de años de estudio y experiencias, si hubiese un futuro para mis hijos en la educación, debe ser a raíz de sus diferencias, de observar sus talentos y hacer que se desarrollen en el momento correcto, no se basan en esto los métodos de educación innovadores y contemporáneos más renombrados.
Que pasa entonces con el inconsciente colectivo que clama la igualdad, es que no se han reconocidos seres únicos y en sí mismos no ven el potencial infinito que se aloja. Si así fuera creen que solo pueden aspirar a la igualdad, a ser más de lo mismo, a ser parejo.
Pensemos en los transgénicos,  no es eso lo que tratan de hacer con los alimentos, vegetales y frutas iguales, igual color, tamaño, sabor y forma. A mí esto me parece patológico, este afán de que todo debe ser igual. Por eso hoy la gente se aburre de la vida, porque la manzana de hoy es igual a la de ayer, porque terminan viéndose a sí mismo como seres trangenizados cubiertos de la misma ropa, las misas creencias, los mismos ideales, el máximo esfuerzo que pueden hacer es moverse de un partido político a otro, o de una religión a otra, ser individuo es demasiado, es mucho para quienes claman igualdad.

A mí que me dejen diferente y tolerante, observadora y silenciosa. A mis hijos que les dure la libertad y la individualidad lo más que se pueda, que sigan eligiendo diferente, abrigándose cuando quieran, comiendo lo que deseen y conociendo el mundo de su forma particular. Yo más que igualdad quiero particularidad, quiero poder criar y crecer al modo perfecto para la perfección particular y tener niños diferentes, conscientes, tolerantes y amables con los diferentes. A mí no me den igualdad denme la capacidad de discernir que debo tomar en la vida, y si realmente en el mundo hay alguien que quiera hacer un cambio importante, que valore la diferencia, que proteja la diversidad de la naturaleza, que le de oportunidades distintas a seres diferentes, que invierta en lo particular y que se vea a sí mismo con amor.

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